REWE Hamm

2º premio, concurso 2010

El diseño aborda el conflicto fundamental de objetivos de un supermercado «en un terreno baldío» incrustando el edificio en el suelo y permitiendo que el paisaje fluya sobre el edificio.

Al mismo tiempo, el nuevo mercado forma el borde espacial necesario a la calle, con un eficaz aro publicitario con el logotipo de la marca que se extiende a lo largo de la calle. Los aparcamientos necesarios sólo se encuentran detrás. También están más bajos y no se ven desde el paisaje.

Ecológicamente, este supermercado representa una nueva forma de sostenibilidad. A diferencia de la ligera caja metálica, que se calienta considerablemente en verano y se enfría rápidamente en invierno, el nuevo supermercado cuenta con suficientes masas de tierra circundantes para compensar los picos de temperatura y actuar como almacenamiento de masa.

Además, el uso de la energía geotérmica continúa con el concepto de estar conectado a la tierra y reduce al mínimo el uso de la energía convencional.